Embrujo de naipes, Barullo de fichas, Rodar de bolillas, En cruel tentaciĂłn. Brillar de los ojos, Que buscan en vano, La prĂłdiga mano De la salvaciĂłn. Final de los pingos, A media cabeza, Eterna tristeza Del que es perdedor. En esa locura De fiebre encendida Se achica la vida Y se agranda el dolor.
Juego... Endemoniado... Con cuánto engaño en el alma penetrás, Juego... Juego endiablado... Es imposible deshacerse de tu mal... Por desquitar ese dinero que perdimos, Con más fuerza nos hundimos Y perdemos más y más... Juego... Juego endiablado... Que fácilmente a la ruina nos llevás.