Una herida en tu mano fue la que consiguió el título de hermano que llevo en mi corazón una paloma blanca, vino volando y se posó,
encima de tus armas fue él quien la envió un grito desde el vientre fue el que te recordó que el cielo nunca miente, y a ti ya te avisó.
Y nunca más volví a saber, de aquel hermano que perdí paloma blanca te llevaré siempre en mi corazón. Y por la noche sobre este suelo te escribiré una oración.